Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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601
Legislatura: 1871-1872 (Cortes de 1871 a 1872)
Sesión: 30 de junio de 1871
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Respuesta al Sr. Ochoa
Número y páginas del Diario de Sesiones 80, 2.070 a 2.072
Tema: Derechos individuales

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Voy a ser muy breve, porque no quiero interrumpir por mucho tiempo el debate en que viene ocupándose el Congreso hace unos días.

Tiene cosas peregrinas el Sr. Ochoa, y sin duda lo hace porque se ha propuesto poner al Ministro de la Gobernación en una situación difícil. Estaba yo satisfecho de los elogios y alabanzas que el Sr. Ochoa dirigió el otro día al gobernador de Toledo, y como fueron tan grandes y al parecer tan sinceros, yo que deseo premiar a las autoridades cuando la cosa lo merece, estaba viendo que le había de dar al gobernador de Toledo, porque, en opinión del Sr. Ochoa, era como no se había conocido hasta ahora, como no ha habido nunca, era la sublimidad de los gobernadores; y yo decía, bien merece el gobernador de Toledo un buen premio: y yo le buscaba, como digo, el premio que había de darle a ese gobernador. Pues bien; ahora me encuentro con que el Sr. Ochoa dice que es el peor de todos, el más ignorante, y de más mala fe; y aquí me tiene el Sr. Ochoa sin saber qué hacer. ¿Sigo el expediente de premio, o entablo el expediente para el castigo que ha de merecer ese gobernador según la opinión de S. S. hoy? Entre el premio y el castigo no sé que hacer; pero se me ocurre un medio, que es coger lo que S. S. dijo el otro día, y coger lo que ha dicho hoy, partirlo por la mitad y tomar el término medio, y resultará que el gobernador de Toledo ni es el mejor ni es el peor, sino que es un gobernador bueno.

¿Por qué era tan bueno el gobernador de Toledo el otro día, y por qué hoy es tan malo? Pues sin embargo, el gobernador de Toledo, por lo que el otro día dijo su señoría, y por lo que ha manifestado hoy, es un gobernador que ha cumplido la ley.

Porque toda la cuestión, Sres. Diputados, es la siguiente: es que el Sr. Ochoa cree que no está vigente el decreto del Gobierno provisional, elevado a ley después de hecha la Constitución; pero aun cuando no estuviera elevado a ley después de hecha la Constitución, como en nada se opone a ésta, resulta, que mientras no se derogue por otra ley se obliga al todo el mundo a observarla, y por consiguiente, está obligado el gobernador de Toledo hacerla cumplir. Pues sobre si ese decreto elevado a ley por las Cortes Constituyentes está en oposición con la Constitución, que no es exacto; sobre si la Constitución derogó esa Iey, ha versado toda la argumentación del Sr. Ochoa; y de ahí los calificativos, que no son dignos de este lugar, ni mucho menos de la humildad, de la actitud y de las palabras modestas y benévolas que deben siempre usar los que como S. S. son tan católicos. Lo que tiene que S. S. lo ha dicho; como a los hombres se les conoce por Ias obras, [2.070] yo por las obras los juzgo; de ahí el que yo diga muchas veces lo que dicen algunos de S.SS. cuyas obras están en completa oposición con las palabras.

Pues esta es la cuestión. ¿Está o no está vigente el decreto del Gobierno provisional elevado a ley por Ias Cortes Constituyentes? ¿Está? El gobernador ha cumplido con su deber, y mientras esa ley no se derogue, todo gobernador que a esa ley falte, falta a su deber. ¿Qué es lo que ha resultado? Que el gobernador se encuentra con una asociación que con mucho aparato, y con grandes programas cita a una reunión; y dice el gobernador, ¿qué asociación es ésta? Y se le contesta, aquí no consta ninguna: A ver los reglamentos si existen, en el ayuntamiento, y lo contesta el alcalde, aquí no existen. ¿Pues cómo existe esta asociación de la cual no tiene conocimiento la autoridad, ni qué objeto tiene? Pues está fuera de la ley esa asociación, porque es completamente desconocida para el gobernador, para el ayuntamiento, para todo el mundo; es decir, que esa asociación viene a ser una sociedad secreta, y como no está dentro de la ley, ese gobernador quiso informarse, porque pudiera ser una asociación para fabricar moneda falsa.

Busca antecedentes, y no se encuentran, y le dice al que se llamaba presidente: " hágame Vd. el favor de decirme cuándo se reúne esa asociación, con qué objeto, y de mandarme el reglamento, porque aquí no aparece que ha existido y no tiene existencia legal." Y le contesta el presidente: yo no tengo necesidad de decirle a Vd. nada; la asociación existe; y por consiguiente, la continuidad de la asociación, es una legalidad. Y entonces dice el gobernador: " pues basta, porque si, Vd. no me dice qué asociación es esa: para qué se reúne, y qué objeto tiene, yo no puedo consentir que se reúna; deme usted reglamento; diga que objeto tiene la asociación, y si es lícita, porque para esto es necesario que la autoridad lo sepa." El presidente se negó también a esto, y entonces dijo el gobernador: " pues esa asociación no tiene existencia legal; es ilegal, y por consiguiente, no puedo permitir que se reúna sin darme conocimiento de ello. " ¿Dónde, pues, está la arbitrariedad, la ignorancia y la mala fe del gobernador, de ese gobernador que tan buena fe tenía hace unos días, que era tan ilustrado y tan recto? ¿Por qué, si era tan recto, tan de buena fe, y tan bueno, hace unos días que S. S. calificaba esa autoridad de ilustrada y recta, por qué ese gobernador que en concepto de S. S. era recto, ilustrado y de buena fe, hoy es ya tan ignorante, tan arbitrario y obra de tan mala fe? Pues el mismo criterio le sirvió al gobernador para el caso que S. S. denunció de la asociación que trataba de inaugurarse en Sonseca; el mismo criterio le sirvió al gobernador entonces, que lo ha servido ahora para disolver la asociación de Toledo.

¿Por qué? Porque la asociación de Sonseca le dijo al gobernador:"! vamos a establecer una asociación cuyo objeto es éste, y cuyo reglamento es el que presento" ; y contestó el gobernador; bien venida son la asociación; y aquella asociación se instaló.

Ahora viene a Toledo y le dice el presidente de la asociación católica de este punto: no le tengo que dar cuenta de nada; la Constitución nos da derecho para asociarnos, y nos asociamos; y no decimos con qué objeto, ni cuál sea nuestro reglamento. ¿Y qué le dice el gobernador a la asociación católica de Toledo que haga más que lo que la asociación de Sonseca hacia voluntariamente cumpliendo con la ley? Por consiguiente, esta es la cuestión, ni más ni menos; y así es que la asociación católica de Toledo, en la cual hay también muchos republicanos, porque por lo visto ya va habiendo republicanos neo-católicos, la prueba de que ha comprendido que el gobernador tiene razón, es que últimamente le han dicho: " Señor gobernador, ahí van los reglamentos de la asociación, ahí van dos ejemplares; sírvase su señoría devolverme uno con el sello del Gobierno, para que conste siempre que Ia asociación es legal, y está reconocida por la autoridad."

¿Qué es, pues, lo que ha hecho el gobernador de Toledo? De una asociación de cuyo objeto no tiene conocimiento la autoridad y cuyo reglamento era completamente desconocido para ella, ha dicho: " esa asociación no puede tener carácter legal mientras no cumpla con Ias formalidades de la Iey; que cumpla con esas formalidades, y se reunirá la asociación; pero entre tanto, yo la disuelvo; y no hago nada con ella, porque la asociación no existe; la asociación se disuelve como toda asociación ilegal o ilegítima." Porque el caso a que S. S. se refiere diciendo que el gobernador ha debido suspender esta asociación y llevarla a los tribunales, debo decirle, que es cuando se trata de una asociación legal, de una asociación establecida, de una asociación legítima. Esa asociación si llegase a faltar a su deber, entonces el gobernador, con arreglo a la Constitución, la suspendería y mandaría sus individuos a los tribunales. Pero cuando se trata de esa asociación, que no es legítima, que no tiene existencia legal, entonces no hay necesidad de eso; esa asociación se disuelve, como se disuelva toda aquella que está fuera de Ias leyes; por consiguiente, el caso no es igual.

Pero en fin, S. S. ha entretenido largo tiempo y agradadablemente al Congreso, como S. S. sabe hacerlo; la verdad es, sin embargo, que S. S. podía haber explicado el caso en muy breves palabras, porque la cuestión no puede ser más sencilla. ¿Está vigente la ley que fue decreto del Gobierno provisional? ¿Sí, o no? Si está vigente, allí se establece lo que deben hacer Ias asociaciones para ser tenidas como lícitas; y eso ni más ni menos es lo que el gobernador ha deseado que se cumpla.

Pero S. S. nos ha hablado del gobernador de Barcelona, y no sé para qué: yo creo que la proposición, que no he tenido el gusto de leer, y que tampoco he tenido el gusto de oír a S. S. más que en una que otra parte de su discurso, no habla del gobernador de Barcelona. (El Sr. Ochoa: He hablado de algunos gobernadores.) Bueno; esos algunos serán los gobernadores de Barcelona y de Toledo. Pues del gobernador de Barcelona no tengo para qué decir ahora nada; porque como S. S. no ha concretado el caso, no tengo que contestar. S. S. dice: el gobernador de Barcelona falta a la ley; y yo digo: el gobernador de Barcelona no falta a la ley. Se contestará la afirmación de S. S. con otra afirmación mía, porque S. S. no ha concretado cosa ninguna. Cuando aquí se ha hablado del gobernador de Barcelona y se han concretado los casos, yo he contestado.

Su señoría después nos ha hablado del carácter político y religioso que tiene este Gobierno y esta situación, y la ha juzgado como S. S. ha tenido por conveniente, suponiendo que este Gobierno es parecido a un marido que trataba mal a su mujer, que en público la decía constantemente; " come, gasta, diviértete," y luego por lo bajo la decía:" como comas te mato."

No hay más, sino que S.S. por lo visto conoce algún matrimonio de esta clase, y debe ser parecido a [2.071] otro que conocía yo que estaba muy apurado, sobre todo el marido, porque el hilo telegráfico, en lugar de pasar por la calle del pueblo cogido sobre unos postes, como la calle era estrecha, había colocados en los muros de la casa aparatos para asegurar los hilos telegráficos, y uno de estos aparatos estaba junto a una ventana de la habitación ocupada por este matrimonio en que el marido, con efecto, no trataba bien a su mujer; y el hombre estaba muy apurado, y a todas las personas que tenían influencia les escribía diciendo que no podía vivir, y que era necesario que quitaran de allí el aparato por donde pasaba el hilo telegráfico.

Las personas a quienes se dirigía pensaban tranquilizarle diciéndole: " no tenga Vd. cuidado, eso no es un peligro para la casa, no hay esfuerzo que pueda hacer peligrar la seguridad de las paredes de la casa; está Vd. tranquilo." Pero él contestaba; "no me importa la seguridad de la casa, lo que a mí me importa es la seguridad del matrimonio, y como riño tantas veces con mi mujer, no quiero que todo el mundo se entere de lo que pasa en mi casa." Suponía este individuo que por tener cerca el hilo telegráfico, las riñas con su mujer se iban a comunicar a todo el mundo.

¿No es esto, Sr. Ochoa? Yo no sé si el Gobierno podría tener respecto de los gobernadores la situación que tenía esa desgraciada mujer cerca de su marido; lo que si sé es que hay muchos maridos que tratan bien a sus mujeres; pero también hay muchas mujeres que apuran bien la paciencia de sus maridos, sobre todo, cuando son gazmoñas, que es el defecto de que adolece S.S. mucho, con algunos de sus compañeros.

Por consiguiente, vamos a dejarnos todos de gazmoñerías, y estudiando seriamente la cuestión, comprenda S. S. que a pretexto de la religión católica quieren sus compañeros hacer muchas cosas que no tienen que ver nada con la religión católica, porque creen que porque hablen de catolicismo y porque pongan ese ropaje a todas las cosas que quieren hacer, el Gobierno las ha de dejar pasar, por no tratar de atacar a la religión. No se trata de atacar la religión; el gobernador de Toledo no ha hecho oposición a esa asociación, porque sea o no sea católica, sino porque no ha cumplido con la ley. Tan cierto es esto, que en último resultado esa asociación ha hecho lo que el gobernador le ha mandado, que ha sido remitirle el reglamento.

Si antes lo hubiera hecho, no la hubiese disuelto el gobernador, ni el Sr. Ochoa hubiera tenido que venir aquí con el dolor en el alma a tronar contra las arbitrariedades del gobernador de Toledo.

Por lo demás, el Sr. Ochoa manifiesta cierta afición a la provincia de Toledo, que antes no tenía, porque sus aficiones estaban por otra parte. Por lo visto allí no le va bien, y quiere llevar sus aficiones a otra parte. Le advierto a S. S. que si en la otra parte no le ha ido bien, en Toledo le irá peor.

No lo extrañe S. S., y con esto voy a contestar al primer discurso que pronunció noches pasadas, aplaudiendo al gobernador de Toledo por los sucesos de Sonseca. A S.S. le trataron bien en este punto, le hicieron un buen recibimiento, pero tan estrepitoso, que puso en alarma al vecindario y a las autoridades locales, que no creyeron que era buen modo de inaugurar una asociación católica y religiosa con tiros y voces subversivas. Esto hizo que el alcalde no considerase conveniente permitir la inauguración de la sociedad; y si todas las asociaciones religiosas y católicas hubieran de inaugurarse del mismo modo, más valiera que no las hubiese. Una asociación católica, religiosa, presidida, dirigida y manipulada por los Briones y otra porción de personas que no cito, porque no me gusta designar personas, pero que todos o casi todos hace poco se hallaban con las armas en la mano y que se habían dado cita en Sonseca, donde se encontraron varias cabecillas de la insurrección, no me parece que pueda ser muy tranquilizadora, y el recibimiento que se hizo al señor Ochoa no pudo menos de producir la alarma que dejo manifestada, así en el alcalde, como en el vecindario de aquel pueblo.

El gobernador, al saber lo ocurrido, tuvo que enviar fuerza armada, y gracias a esto no hubo conflicto alguno en la población.

Conste, pues, que el gobernador cumplió con su deber, lo mismo en la cuestión de Sonseca, en la que a S. S. le pareció tan bien, que le prodigó alabanzas como no se han tributado aquí a ningún gobernador, como en todo lo demás que S.S. ha referido; en todo lo demás que S. S. ha referido; y en cuanto a la ilustración de esos gobernadores, no diré que sea mayor que la del Sr. Ochoa; pero sí me atrevo a asegurar que no son más ignorantes que S. S.



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